Excepto el príncipe don Felipe, estamos por asegurar que a
mediodía de ayer partieron todos rumbo a Cabrera, a bordo,
naturalmente, deFortuna, pues en la Somni no caben todos. Y decimos
que estamos por asegurar, porque entre tanto tinglado que rodea el
embarcadero del yate real más que ver hay que intuir quién sube
bordo.
Porque aquí no nos caerá jamás la breva que, por ejemplo, les
cayó la semana pasada en Formentera a los compañeros que cubren la
información en las Pitiusas. Me refiero a que de pronto aparecieron
en la playa, entre los bañistas que había en ella, los duques de
Palma y sus hijos.
Aquí nos hemos de conformar con eso, a base de mucho objetivo y
mucha ampliación. Porque encima, cuando en vez de ir a Cabrera van
a otro lado, accesible para los fotógrafos desde la costa,
Seguridad de la Casa Real, como la otra tarde, nos echa. ¡Y qué le
vamos a hacer!
Pedro Prieto
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