Una reivindicación histórica

Es obligado, en consecuencia, felicitar al Govern que preside Matas por la celeridad con que ha actuado y también por el hecho de que, pese a unas iniciales reticencias, haya pedido ahora la declaración de servicio público para algunas frecuencias de Eivissa y Menorca con la Península. Ocurrió algo semejante con las tarifas de los vuelos interinsulares. En un primer momento estaba prevista la existencia de unas tarifas superiores en algunos vuelos y épocas del año. Ante las crítica surgidas, por la confusión que podía provocar, el Govern Matas no dudó -y eso le honra- en rectificar y apoyar la tarifa única de 72 euros para los trayectos Palma-Eivissa y Palma-Maó (48 euros para los residentes).

Siendo importantes las comunicaciones entre islas, no hay que olvidar que donde hay más demanda social es en los enlaces aéreos con la Península. Salvo los vuelos desde Eivissa y Maó que puedan ser declarados de servicio público, el resto de los vuelos quedarán sujeto a las reglas del mercado. Es cierto que las conexiones Palma-Madrid y Palma-Barcelona son bastante aceptables, pero otra cosa son las tarifas, que tienen grandes oscilaciones en función de las ofertas de las compañías y de la antelación con que se compren los billetes. Cuando no se pueden conseguir tarifas «mini», el precio, a pesar del descuento de residente, sigue siendo caro. Ante esta situación, sólo cabe desear que las distintas aerolíneas apliquen políticas comerciales realmente competitivas que permitan abaratar el transporte aéreo.