Algunos se resistieron a abandonar las playas, pero la mayoría optó por perderse en la ciudad. Foto: S.AMENGUAL
24/09/03 0:00
Siguiendo a pies juntillas lo que marca el calendario, los mallorquines se vieron sorprendidos ayer por unas fuertes precipitaciones. Las nubes, las lluvias y el viento acompañaron el primer día de otoño y pusieron el punto final de manera oficial a un verano que se nos ha hecho demasiado largo y en el que se han batido todos los récords. Las playas amanecieron prácticamente desiertas, con la única excepción de algunos paseantes solitarios y de un puñado de valientes que se resisten a dejar paso a la estación de las lluvias y disfrutan a sus anchas, ahora sí, de las cálidas aguas de la Isla.
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