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Las listas de espera de las intervenciones quirúrgicas en Balears se han incrementado desde que la Comunitat Autònoma asumiera las competencias en un 64'7 por ciento, lo que evidencia que en este campo las cosas no se han hecho bien. ¿Ha sido un error de gestión? ¿Ha influido la masiva llegada de inmigrantes? No cabe duda de que el anterior equipo de Sanitat debería dar una explicación.

Ciertamente, éste es un tema especialmente sensible para los ciudadanos, porque como reza el dicho: «Con la salud no se juega». La Conselleria de Salut ha anunciado que antes de marzo de 2004 se habrá acabado con las esperas de más de seis meses. Menos mal. Pero lo que sería necesario ya mismo es que se adoptaran las medidas pertinentes no ya para reducir las listas de espera, sino para prácticamente eliminarlas. Ése debería ser el caballo de batalla de la consellera Castillo.

Aunque ésta no sea tarea fácil, la importancia del asunto así lo requiere. No debe permitirse, en ningún caso, que sucedan acontecimientos como el ocurrido en Catalunya, donde se citó, un año después, a una persona para una intervención cardíaca cuando ya había fallecido. Casos como éste no deberían darse y la mejor manera de evitarlos es acabando con esas largas esperas.

Por de pronto, es bueno que salgan a la luz estas cifras. Obviamente no ha representado un problema para el Govern actual darlas a conocer, ya que son responsabilidad del anterior Ejecutivo que, por otra parte, las ocultó. Ahora ya es responsabilidad del Govern Matas, y lo será durante los próximos cuatro años. Vista la gravedad de la situación, hay que pedir que periódicamente se sigan dando datos para conocer la evolución del problema.

Bajo ninguna circunstancia puede ser la Sanidad un elemento de lucha política. Precisamente por ello es necesario alcanzar acuerdos que permitan establecer los planes necesarios para su mejora independientemente de qué fuerza gobierne.