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El gasto turístico en Balears bajó el pasado año un 12,9 por ciento respecto a 2001, registrándose en Mallorca un descenso del 13,2%, un 18,1% en Eivissa y Formentera y un 2,4% en Menorca, según datos facilitados por el Centre d'Investigació i Tecnologies Turistiques de les Illes Balears (CITTIB). Estos datos, que no fueron dados a conocer por el anterior Ejecutivo, «demuestran el efecto negativo que durante el pasado año, en concreto en la temporada alta, tuvo el impuesto turístico, aunque la mayor incidencia se apreció en la temporada invernal por el descenso del número de turistas. El hecho de que no se facilitaran estos datos, demuestra el talante del anterior Ejecutivo autonómico y da la razón al propio sector, que ya denunció en su día la evolución a la baja de los ingresos turísticos», indicaban ayer desde la Federación Hotelera de Mallorca.

El gasto turístico total en 2002 ascendió a 6.615 millones de euros, frente a los 7.593 millones de euros de 2002, que suponen una diferencia 977,6 millones de euros menos, con el consiguiente impacto económico que ello supone para las arcas autonómicas y de las empresas. En Mallorca el gasto fue de 4.636 millones (5.340 en 2001), en Menorca de 831 millones (851 en 2001) y en Eivissa-Formentera de 1.148 millones de euros (1.402 en 2001). En el desglose de los datos del gasto turístico de 2002, resalta precisamente el gasto turístico registrado en los alojamientos turísticos, que contabilizaron un descenso del 36,2 por ciento respecto a 2001.

En el desglose por Islas y mercados, el informe del CITTIB destaca el descenso del gasto en la zona de la Bahía de Pollença, un 61%, así como en la Platja de Palma, un 28,8% (ver gráfico adjunto). En Palma, el porcentaje negativo fue del 11%, pero por contra en el interior de Mallorca, por efecto directo de la oferta de agroturismo y turismo rural, hubo un alza del 76,7 por ciento. El gasto medio por turista en 2002 fue de 48,61 euros en Balears, un 13,9% menos respecto a 2001 (56,48 euros), teniendo una especial incidencia en la oferta de alojamiento, que sumó un descenso del 32,5%. Por nacionalidades, los alemanes realizaron un 13,4% menos de gasto, los británicos un 10,9%, los franceses un 13,9% y los españoles un 2,1%. El único mercado que registró un incremento fue el italiano, un 2,7 por ciento.