El anterior Govern puso en marcha 80 proyectos de inversión para
financiar mediante la recaudación del impuesto turístico, la
ecotasa, antes de las elecciones del pasado 25 de mayo. Algunos de
ellos han sido suprimidos por el nuevo Govern y sus partidas
presupuestarias han sido destinadas a la financiación de nuevas
iniciativas, principalmente al plan de limpieza del litoral o a la
lucha contra la procesionaria. El impuesto turístico generó un
volumen de ingresos de unos 33,7 millones de euros en 2002 y la
previsión para 2003 se fijó en otros 43 millones. De esa partida,
quedaron a disposición del nuevo Govern más de 26 millones de euros
no comprometidos por el Ejecutivo dePacte de Progrés.
El ex conseller de Turisme, Celestí Alomar, precisó que el
Govern anterior dejó un remanente de 2,6 millones de la recaudación
de 2002, otros 13,9 millones de ingresos extraordinarios al superar
la previsión de recaudación de 2002 y otros 9,3 millones no
comprometidos de este año, sólo correspondientes a la Conselleria
de Turisme, lo que suma esos 25,8 millones. A ese dinero, habría
que añadir las cantidades presupuestadas por las demás conselleries
en el presente ejercicio y también la recaudación real de 2003,
hasta que el impuesto sea suprimido, ya que las previsiones de
ingresos se hacían a la baja.
Al producirse el relevo en el Consolat de la Mar, quedaron en el
aire un total de 36 proyectos de la ecotasa en todas las Islas con
una inversión global de 14,2 millones de euros. Ese paquete
inversor correspondía a los proyectos que el Govern dePacte de
Progrés tenía previsto ejecutar durante este año, pero que no llegó
a activar. A pesar de tener una partida asignada, no contaban con
ningún compromiso en firme de ejecución, por lo que su viabilidad
ha dependido de la decisión política del nuevo Ejecutivo
autonómico.
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