Jaume Matas y todo el PP (en la imagen, con Estarás y Salom), aplaudieron el fin de la ecotasa. Foto: SEBASTIA AMENGUAL

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Ahora habrá que esperar a su publicación en el BOIB (esta misma semana) para que los hoteles dejen de cargar la ecotasa a su clientela. El PP contó con la abstención de UM, única de las formaciones presentes en el Parlament que cambiaron el sentido de su voto. Hace tres años, UM votó a favor de la ecotasa.

El pleno de ayer tuvo un carácter más simbólico que otra cosa y los partidos exhibieron argumentos que ya han reiterado en otras ocasiones. Para el PP se trata de un impuesto «injusto y discriminatorio». Para los partidos de la oposición es un triunfo «de los que de verdad mandan en Balears», en alusión a los grandes operadores turísticos y a los hoteleros. Así lo pusieron de manifiesto todos y cada uno de los diputados de la oposición que intervinieron en el debate.

Fue el conseller de Hisenda del actual Govern, Lluís Ramis d'Ayreflor quien defendió la supresión del impuesto del que -dijo- no puede calificarse ni de ecológico ni de medio ambiental Ni siquiera era una tasa, argumentó. «No era más que un símbolo de una política de mensajes negativos a lo que suponía el turismo», dijo. El conseller aportó algunos datos: dijo que no había sido aceptada por el sector y que el 89% de los hoteles que la aplicaban la tenían recurrida. Ramis relacionó la aplicación de la ecotasa con el descenso en la llegada de turistas y con los problemas que, en estos años, ha vivido el sector.

Lógicamente -y como ya ocurriera en el debate de la toma en consideración de la ley-, estos argumentos fueron desdeñados por los portavoces de la oposición. Celestí Alomar, el conseller de Turisme con el Pacte, no intervino en el debate. Tampoco su sucesor, el conseller Flaquer. El PP aún tiene en cartera otra ley para derogar una ley del Pacte: la reforma de las DOT.