El Consell de Mallorca endurecerá las normas para conceder nuevas
autorizaciones de campos de golf una vez que quede aprobado de
forma definitiva el Plan Territorial de Mallorca. En uno de los
últimos documentos del Plan, que todavía está sujeto a posibles
modificaciones, se incorporan una serie de drásticas condiciones
que deberán cumplir los nuevos proyectos deportivos de este tipo
que se quieran instalar en la Isla.
La más llamativa de todas ellas es la obligación de plantar
zonas boscosas, de igual superficie a la que ocupe el campo de
golf, en las zonas contiguas a los hoyos. «Para estas áreas se
utilizarán siempre suelos actualmente de secano, con frutales,
pinares o matorrales», indica el documento.
Los rough se plantarán exclusivamente con especies autóctonas
que estén adaptadas al lugar y que no precisen instalación de
riego. Además, todo el campo deberá estar cruzado por hábitats de
apoyo, en forma de línea de árboles, bandas de césped no cortado o
setos vivos para que haya pasos de «interconexión de especies». En
las 'calles' del campo de golf será obligatoria utilizar especies
herbáceas adaptadas a la sequía.
Otra de las restricciones impuestas es que el conjunto de los
movimientos de tierras, así como la ubicación temporal de estas
tierras como de otras estructuras necesarias para la construcción,
se realicen únicamente en el ámbito deportivo del campo de golf. La
normativa del Consell mantiene las restricciones para construir
oferta complementaria en estas zonas.
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