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Según la tesis del Govern, ningún Gobierno puede modificar un acuerdo adoptado previamente y sin el consentimiento de la otra parte. Además, el convenio contempla la encomienda de gestión por parte del Govern. Es decir, el Ejecutivo balear puede tramitar los expedientes de todas las carreteras y posteriormente solicitar el dinero al Ministerio de Fomento. Esta cláusula, según el Govern, blinda aún más el contenido del convenio.

Al margen de este convenio, el Ejecutivo tampoco teme que pueda haber cambios en relación a la planificación energética de Balears. El conseller d'Energia, Josep Juan Cardona, sostiene que el cable y el gasoducto están incluidos en el plan energético nacional y que, por lo tanto, es improbable que haya cambios. De hecho, los propios socialistas apoyaban estas dos infraestructuras -sobre todo el gasoducto- cuando estaban en el Govern. Las empresas encargadas de poner en marcha estas infraestructuras ya han impulsado los proyectos para que sean una realidad en las fechas previstas.

En cambio, desde el Govern sí temen que el cambio de Gobierno tenga importantes consecuencias en el intento de conseguir más financiación en materia sanitaria y educativa. Matas ya anunció en el Parlament en el mes de octubre que intentaría lograr más dinero para estas competencias en esta próxima legislatura, después de las elecciones. Con el PSOE en Madrid, la negociación no será tan fácil como el Govern se esperaba. Sin embargo, el president del Ejecutivo espera contar con la colaboración de Antich, quien ha reconocido durante los últimos años que la financiación sanitaria y educativa es insuficiente.