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La Comissió d'Urbanisme del Consell de Mallorca declarará hoy jueves los jardines de Natzaret como Bien de Interés Cultural (BIC), tras el acuerdo al que finalmente han llegado la institución insular, el Ajuntament de Palma y la Fundació Natzaret. Los jardines de Natzaret son un hermoso y recóndito espacio romántico modernista, situado al lado del Passeig Marítim. La zona verde fue construida a finales del siglo XIX y en 1924 la finca se convirtió en asilo con carácter benéfico docente. El teniente de alcalde de Urbanisme de Cort, Javier Rodrigo de Santos, indicó ayer que dicho acuerdo permitirá, además, desarrollar el Pla Especial de Reforma Interior (PERI) del Terreno. «Cabe destacar que gracias al acuerdo se mantendrá la comunicación entre Joan Miró y el Passeig Marítim, se eliminará la posibilidad de construir un centro comercial y un aparcamiento, y se permitirá la recuperación de la barriada del Terreno», señaló.

Cabe recordar que en un principio estaba previsto permitir en el lugar una zona comercial de unos 3.000 metros cuadrados y un aparcamiento de unos 6.000 metros cuadrados, junto con un edificio de viviendas. Finalmente, sólo podrá construirse, fuera de la zona delimitada para el BIC, un inmueble de unos 6.000 metros cuadrados de edificabilidad, que tendrá cinco plantas. El conseller de Territori del Consell de Mallorca, Bartomeu Vicens, recordó que hasta ahora los jardines de Natzaret eran un bien catalogado, con 5.370 metros cuadrados. «Su pase a BIC supone que en un espacio de 9.405 metros cuadrados sólo se puedan realizar obras de conservación y mantenimiento», dijo. Al espacio que comprende el BIC hay que añadir una zona de protección, de 6.007 metros cuadrados, lo que da un ámbito total de actuación de 15.412 metros cuadrados.

Por su parte, el director de la Fundació Natzaret, Guillem Cladera, mostró su satisfacción por el acuerdo alcanzado y recordó que la fundación es una institución sin ánimo de lucro de carácter educativo-social. «Acogemos a niños y jóvenes en riesgo de exclusión social», señaló. Por lo que respecta al edificio que se podrá construir en la zona de protección, una de las posibilidades que se barajan es la de que a cambio de ceder el suelo a la empresa que lo construya, la fundación se quede en propiedad varios pisos y los dedique a alquiler para poder obtener fondos. A modo de curiosidad cabe señalar que la discoteca Pachá, propiedad del empresario Bartomeu Cursach, se encuentra ubicada en el interior de lo que será el futuro BIC. El contrato entre la Fundació Natzaret y Cursach tiene vigencia hasta 2008.