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Aún queda en Mallorca algún alcalde de la época del franquismo que luego pasó por las urnas y fue ratificado en el cargo -el caso de Juan Muntaner, de Valldemossa-, pero Maria Antònia Munar es el único ejemplo político de alguien que optó por primera vez al puesto en la democracia y que aún continúa en el puesto. La actual presidenta de Unió Mallorquina (UM) y del Consell de Mallorca militaba en 1979 en la Unión del Centro Democrático (UCD), se había casado hacía pocos años, tenía 24 años y estudiaba tercero de Derecho.

Munar entró joven en política y lo hizo a través de la UCD, el partido de Adolfo Suárez cuyo secretario general en Balears era Maximiliano Morales, que años después presidiría el Consell de Mallorca, el Consell General Interinsular y el Parlament. «En mi entorno -explica- había una gran expectación pero también mucha incertidumbre; y es que una mujer de 24 años se presentaba a las primeras elecciones democráticas a nivel municipal y, además, encabezando una candidatura con una media de edad de 30 años. Este era mi panorama y mis padres me preparaban, con cariño, más para el fracaso que para el éxito». Igual que el resto de activistas políticos de aquella época, lo que le 'pedía el cuerpo' a Munar era «cambiarlo todo de golpe». Luego descubrió el pragmatismo, «y que los cambios requieren sus tiempos». Su primera campaña fue «intensa y emocionante» ya que «teníamos muchas ganas de hacer cosas y de dejar atrás la dictadura y asumir nuevos retos».

Es posible que en alguno de los municipios de España quede algún alcalde de los elegidos en 1979 y que todavía tenga la vara de mando de su Corporación. De ser así, habría que buscar en algún pequeño municipio. Desde luego no de Mallorca. Munar fue la primera alcaldesa de Balears y la más joven de España. Munar era estudiante y, por ese motivo, no es de extrañar que viviera aquella primera experiencia política como quien se enfrenta a un examen. «El 3 de abril viví pendiente de los resultados con el nerviosismo de saber la nota de un examen», rememora veinticinco años después para añadir que «una vez concluido el escrutinio fui consciente de que se iniciaba un tiempo nuevo y, lógicamente, estaba muy contenta por los votos conseguidos».