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Desde Sant Nicolau salió la procesión de la Dolorosa en su traslado a la iglesia de La Sang, recorriendo Constitució, Plaça de la Reina, Born, Joan Carles I, Jaume III, Bonaire, Via Roma y Plaça Hospital, con mucha presencia de público.

Participaron más de la mitad de cofradías con numerosos cofrades. Reforzadas por sendas bandas de música estuvieron las cofradías Cinco Llagas y Santa Faz. Esta última cofradía ha dado este año la sorpresa, participando con muchos penitentes. El antifaz de una de sus «caperutxas» ocultaba la identidad de la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, afín a la devoción de la Dolorosa. La cofradía de Santiago aportó su paso «Cristo de las siete palabras», junto a la banda «La Pasión», y la Cruz de Calatrava, su «Cristo Humillado», ambos muy bien adornados. El de la Dolorosa estuvo acompañado por toda su cofradía, esta vez anfitriona.

Flores blancas arroparon la bella imagen de la Virgen que esculpiera el escultor mallorquín Guillem Galmés, que presidió desfile en compañía del rector de Sant Nicolau, Felip Guasp.