Jesús Murgui, obispo de Mallorca, celebró ayer la canonización de
la religiosa carmelita María de las Maravillas de Jesús Pidal y
Chico de Guzmán presidiendo una eucaristía de acción de gracias en
el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Palma junto a Andreu
Genovart, administrador diocesano, en un templo a rebosar.
Más conocida como la madre Maravillas, María de las Maravillas
nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Ya desde su infancia
expresó su deseo de ayudar a los más necesitados, razón que,
finalmente, le llevó a tomar la decisión de ingresar en el
Carmelo.
Ahora hace un año que Juan Pablo II la canonizó; el 4 de mayo de
2003.
La madre Maravillas fundó su primer monasterio carmelita en el
Cerro de los Àngeles, centro geográfico de la Península, junto al
monumento del Corazón de Jesús. Más tarde fundaría diez Carmelos
más en España y en la India, recuperando así los lugares de
tradición teresiano-sanjuanista. Quienes conocieron su labor como
priora recuerdan en ella un gran espíritu de reparación, fortaleza,
serenidad y confianza. Asimismo, se distinguió por su vida mística
y su ardua labor apostólica, su contribución a iniciativas sociales
y, sobre todo, su bondad. Murió en diciembre de 1974.
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