17/11/04 0:00
Si anteayer fue día de llegadas de la «quinta isla», ayer fue jornada de reencuentros a con sus familiares mallorquines y menorquines. Sucedió a media mañana en el hotel Alexandra, tras la bienvenida que les dio la consellera Rosa Puig. Mientras algunos seguían haciendo gestiones para dar con sus allegados, a los que nunca habían visto, otros se había reencontrado ya con ellos momentos antes.
De entre los primeros están Catalina Manresa Adrover, vecina de Mendoza (Argentina) y nacida en s'Horta de donde emigró a Argentina con sus padres en 1950. Ella se reencontró con sus primos, Rafael Taberner Manresa y la esposa de éste, Ana Artigues. «Mi papá murió; vive mi mamá, María Adrover -contó Catalina-, que tiene 98 años. También murió un hermano. Tengo ganas de ir a s'Horta para ver cómo está la que fue mi casa de la que todavía me acuerdo, aunque imagino que ahora todo estará muy cambiado». Alberto Forteza es argentino. Vive en La Plata donde trabajó como arquitecto y dio clases en la facultad de arquitectura. «Ahora me entretengo como cantautor. He compuesto una canción, Mallorca, en la que canto a la nostalgia de los emigrantes». Cuenta que su padre, Bernardo, de Manacor, llegó a Argentina en 1907 a bordo del «Indiana»; un año antes había arribado a aquellas tierras su abuelo, Paco, que era talabartero. Dice Alberto que ser seguidor del River y del Boca es una ordinariez, «por lo que yo soy hincha del Independiente». Admirador del Che, considera que su aventura en Bolivia, donde murió, era imposible. «Era un idealista que al final deliró». No sabe si encontrará familiares vivos en Mallorca. Quedó en que me dejaría la letra de «Mallorca» en la recepción del hotel.
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