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El 5 de febrero de 1975, Bartomeu Enseñat recuperó el folklore de la Isla al fundar la escuela que llevaría su nombre y que ahora cumple su 30 aniversario. El folklorista dedicó una buena parte de su vida a recopilar todas las costumbres que llegaron a sus manos. Fue el creador y director de los Dansadors de la Vall d'Or. Con este grupo recibió en 1955 el primero de los premios que recogería a lo largo de toda su vida. Fue en Agrigento, una ciudad muy unida a la historia de la Escola de Música i Danses de Mallorca, ya que en ella han participado en diversos festivales y obtenido diferentes galardones. Bartomeu Enseñat, que falleció en 1998, fue uno de los máximos responsables de la recuperación de numerosas tradiciones mallorquines. «Sin Enseñat el folklore estaría muerto», señala Biel Frontera, actual director de la escuela. Según él, el folklore es «un baile en continua evolución. Bartomeu consiguió dinamizar este baile y bajarlo del escenario a la plaza para que la gente lo sintierá y bailará y no fuera un mero espectador».

Desde entonces, la escuela se centra en dos áreas: la de danza (jotas, boleros, mateixas, fandangos, cavallets y cossiers) y la musical (flabiol, tamborino y xeremiers).
El grupo del centro está formado por cuarenta miembros no profesionales, con edades comprendidas entre los 15 años en adelante. Desde su fundación, las instituciones locales han contado con el grupo para toda clases de actos. Así, en 1987 comienza a colaborar con la organización, con carácter bianual, del Festival Mundial de Danses Folklòriques, del cual Biel Frontera es miembro del comité local. También participan anualmente desde 1978 en la Festa de l'Estendard. En 1980, recuperaron los Cavallets y Cossiers de Palma.

Han llevado su arte a distintos países como Italia, Chipre, Turquía, Polonia, Hungría, Taiwán, Grecia, Alemania, Puerto Rico, Berlín, Dússeldorf, Bélgica, Suiza, Milán y Túnez, donde han participado en diferentes festivales. También han estado en distintos lugares de la geografía española como Alicante, Galicia, Sevilla, Madrid, Barcelona y por supuesto en las islas vecinas, Menorca y Eivissa. Las actuaciones más destacables en Mallorca son el homenaje a Coll Bardolet en el Conservatori de Palma en octubre de 2002; la cumbre de ministros de Medio Ambiente en el Castell de Bellver, en mayo de ese mismo año; la participación y coordinación de más de 500 bailarines en los actos de inauguración de la Universiada en julio de 1999; el homenaje a Bartomeu Enseñat en el Teatre Principal, en abril de ese mismo año; en la inauguración tanto de la Copa del Rey de Vela y del Trofeo Almirante Conde de Barcelona, desde 1985 y 1980 respectivamente hasta ahora. Cada año, la escuela pone en funcionamiento un nuevo curso gratuito para todas aquellas personas que deseen aprender o perfeccionar boleros, jotas y mateixes, en el caso del baile, o a tocar la xeremia, eflabio o el tamborino. En cuanto a la danza, el centro palmesano pone al servicio de los interesados tres clases específicas: un curso de iniciación para niños de hasta 10 años, otro a partir de esa edad y otro avanzado para público de todas las edades.

Samantha Coquillat