La llegada de don Juan Carlos a Puerto Portals, donde se celebra la regata Breitling, levantó gran expectación.

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Con mucho más ambiente de turistas y curiosos arrancó la segunda jornada de la regata Breitling, que estos días se está celebrando en Puerto Portals. Una vez más, entre los regatistas y tripulantes más madrugadores que participan en esta XI edición se encontraba el rey don Juan Carlos, uno de los primeros en llegar al pantalán. El Monarca charló de manera distendida en una de las terrazas del puerto con su buen amigo, el armador Josep Cusí. Poco después llegó el príncipe de Asturias quien tras saludar, tímidamente, a algunos de los presentes cerca de su embarcación «CAM», cogió el timón y puso rápidamente rumbo al campo de regatas. En el interior, sus compañeros de tripulación ya estaban preparados, entre ellos vimos, poniéndose gran cantidad de protección solar, al regatista y cantautor mallorquín, además de buen amigo del Príncipe, Jaume Anglada.

La seguridad privada tuvo algunos momentos de desbordamiento al tener que habilitar una zona para los medios de comunicación, debido a la gran cantidad de personas, especialmente turistas, que querían hacer fotos o grabar en video cámara al Rey y al Príncipe, lo que dificultaba la tarea de los periodistas para desarrollar su trabajo.

La consolidación de estas regatas y la buena aceptación está dejando pequeño el puerto, tanto en espacio para que los regatistas puedan tener sus aparejos y trabajar en las embarcaciones, como para los transeúntes, que tienen que sortear numerosos ostáculos y sobre todo en vehículos, ya que encontrar un párquing se convierte en toda una aventura.

En lo deportivo, la segunda jornada de la XI regata Breitling estuvo interesante. Numerosas embarcaciones privadas se acercaron al campo de regatas para observar y disfrutar del hermoso espectáculo donde los participantes demostraron el alto nivel existente. En lo anecdótico, destaca la gran cantidad de mensajes sms que recibieron los periodistas por parte de la organización, comunicando los resultados y posiciones de las embarcaciones cada cierto tiempo, lo que se hacía algo pesado.

La parte agradable es lo sabrosos y buenos que están los bocatas y fruta fresca que se reparte para quienes se hacen a la mar a trabajar en las lanchas de prensa. Sin duda, se cuida mucho y se facilita la labor de los periodistas.

Julián Aguirre
(Texto y foto)