Sólo un dos por ciento de las muestras de arena tomadas en las
playas hasta el 4 de agosto han rozado los límites en cuanto al
nivel de bacterias por gramo de arena permitido por la
legislación.
En la actualidad, no existe una normativa específica que regule
contaminación de la arena de las playas. Según afirma Marina Sans,
concejal de Sanitat i Consum, «no hay una normativa oficial sobre
los análisis. Se aplica una norma única de referencia, que afecta a
las arenas de las playas, de los zonas ajardinadas y de los juegos
infantiles. Todas ellas se rigen por las normas tecnológicas de
jardinería».
Según datos facilitados por el laboratorio municipal, «se han
tomado 80 muestras, de las cuales tenemos los resultados de 71. De
esa cifra, dos muestras pasan un poco del límite de 1.000 bacterias
por gramo de arena. En el primer paso se detectaron 1.800 y en el
segundo, 2000. Uno de ellos se encontraba junto al torrente de Sant
Jordi. El agua estancada ha podido provocar esa presencia de
bacterias».
Las muestras han sido recogidas por el Govern balear y por el
Ajuntament de Palma. Respecto a las muestras analizadas hasta la
fecha, «se puede decir que las arenas están muy bien. El hecho de
que dos muestras superen las 1.000 bacterias por gramo de arena no
es significativo en microbiología. Para considerar una
contaminación, debe haber millones de bacterias. Entre los baremos
de 1.000 y de 2.000, la microbiología no es significativa», afirma
Miquel Estrades, técnico de laboratorio de Cort.
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