La Fundación Aeronáutica Mallorquina organizó la III Vuelta
Aérea a Mallorca y a la llamada respondieron once aviones cuyas
tripulaciones gozaron de un fin de semana de visibilidad excelente.
Ganaron Miquel Nadal y Toni Salom, segundo fue José Luis Derqui y
tercero Miguel Puig. El avión más ligero, el D-ISTA de los hermanos
Derqui, fue el primero en partir el sábado y su vuelta fue
controlada por los jueces de pista, más que voluntarios al calor de
un sol de justicia, con la obligación de ser testigos directos de
los aterrizajes.
La Vuelta tiene objetivos deportivos y sociales y se cumplen
plenamente con las novedades que las tripulaciones deben poner en
práctica antes, durante y después del vuelo. La jornada del viernes
comenzó con un briefing y al finalizar el mismo, la primera pareja
y su avioneta recibieron el Rutómetro, un sistema que, conectado a
los controles del aparato, permite saber exactamente la ruta que ha
seguido la aeronave. Miguel Buades, presidente de la Fundación y
director de esta prueba, se mostró entusiasmado con esta caja
negra.
«El programa informático se llama FS Navigator y fue diseñado
por Rubén Leal, buen amigo de la Fundación y experto analista de
sistemas. El programa -continúa Buades- controla al detalle los
virajes del avión y una vez finalizada la vuelta, los tripulantes
deben entregarlo para descargar su contenido, que de inmediato se
descarga en un ordenador. El dibujo resultante es la ruta seguida,
y el programa lo compara con el dibujo que debería haber realizado,
sus diferencias puntúan junto a otros baremos, como el aterrizaje y
el reconocimiento de sitios y fotografías aéreas».
Oscar Pipkin
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