Los niños participaron en el mercado mallorquín, unos con el atuendo típico de payés. Foto: TERESA AYUGA
El ambiente recreado en el siglo XVIII que se consiguió ayer,
presente también hoy domingo en la Plaça d'Espanya de Palma, logró
cautivar a transeúntes y turistas que pudieron apreciar un
auténtico mercadillo payés mallorquín. La Associació d'Artesans per
a Fires i Mercats organizó, cuidando todo tipo de detalles, una
jornada de tradición dentro del programa de las fiestas de la Mare
de Déu de la Salut, patrona de Palma. Diversos materiales,
vestuario y productos fueron preparados a primera hora de la mañana
para recibir a los visitantes más madrugadores, aunque el flexible
horario, de 10.00 a 20.00 horas, dio la oportunidad de acudir en
cualquier momento. Sin duda, muchos aprovecharon para realizar la
compra. Amplia variedad en productos gastronómicos frescos y con
todo el sabor de lo tradicional. No faltó la sobrasada, ni los
quesos mallorquines, tampoco el aceite, vinos, empanadas, etc. Y
también tuvo una destacada presencia la artesanía como las típicas
figuritas de siurells, que eran observadas por los más pequeños que
dedicaron el día a pasear con los padres o abuelos.
Precisamente más de una abuela mostró, con enorme satisfacción, en
el puesto de costura y bordado, cómo se realiza el punto mallorquín
en servilletas, manteles, cojines, etc.
En nuestro particular paseo observamos que uno de los puestos
mostraba gran variedad de especias de todo tipo para cocinar y
elaborar platos típicos, incluso algunas curativas y relajantes
plantas de aloe vera. Las perlas de Mallorca cautivan en collares,
anillos, pendientes y pulseras. En definitiva, un mercado payés
mallorquín con los mejores productos.
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