La historia de Mallorca cambió ayer cuando las tropas del Rei En
Jaume no pudieron desembarcar a causa del mal tiempo. Pero ese fue
el único tributo que hubo que pagar para conquistar la Isla. Por lo
demás, tal y como indica la historia, todo se cumplió al dedillo. A
las seis en punto de la tarde sa Creu de Santa Ponça fue el inicio
de la ya tradicional derrota de los moros residentes a manos de los
conquistadores cristianos. Unos moros que este año eran más que
nunca. Según Ana Pérez, miembro de la organización, la
representación contaba ayer con más de 800 personas, entre moros y
cristianos, una banda de música, tres batucadas, cinco colles de
xeremiers, tres clubs hípicos, dos gigantes. En resumen, más de mil
personas actuando para rememorar un hecho acaecido en el año 1229.
Ante su elevado número, los moros de este año estaban crecidos,
vitoreando el ya consabido «eh, eh mucho moro, mucho moro, eh». No
se amilanaron las huestes cristianas ante el rugir de los infieles
y así no dudaron en responderles con iguales gritos como «ea, ea,
ea, los moros se cabrean».
En fin, que de las voces se llegaron a las manos. Primero un
escarceo sin consencuencias ante el pie de la Cruz del Desembarco,
donde más de una fornida cristiana hubo de habérselas con unos
moros que, puestos en escena, no prescindieron en su mayoría de las
gafas de sol. El segundo enfrentamiento tuvo lugar media hora más
tarde en la playa del Caló d'en Pellicer. Las batucadas no cesaron
de hacer sonar sus tambores y demás instrumentos de percusión
creando un ambiente guerrero que no iba acorde con las expresiones
divertidas de los participantes. Las moras eran muy osadas y no
dudaban en perseguir a pequeños cristianos por toda la playa, para
diversión de los pequeños que se intentaban defender, sin éxito,
con sus espadas de madera. Dos embestidas fueron suficientes para
dejar claro que los cristianos estaban decididos a vencer de nuevo
así que ambos grupos de contendientes se volvieron a separar para
poder enfrentarse de nuevo en la playa de Santa Ponça. El lugar
aparecía ataviado con tiendas de campaña medievales entre los
pinos, chiringuitos y un pequeño mercadillo. Un ambiente que
proponía el escenario adecuado para la batalla final. Al son deball
dels escamots el mismísimo Rei en Jaume, ataviado con su vistoso
casco, fue directamente a por el caudillo moro. La historia siguió
el curso normal y los cristianos, de nuevo, vencieron en Santa
Ponça. Miles de personas fueron testimonio de las batallas y la
victoria final por parte del ejército invasor.
No hubo muchas lágrimas por la derrota, más bien al contrario.
Los vencidos se deleitaban con generosos vasos de agua de Valencia
que, además de refrescar, le dieron al grupo de cimitarras un
elevado nivel de resignación divertida. Los caballos y sus jinetes
merecieron un especial aplauso del público ya que iban enjaezados
con mucho detalle, y la vistosidad de los trajes tanto de moros
como de cristianos llamó la atención de los asistentes. El tiempo,
espléndido durante toda la tarde, acompañó de manera exquisita
durante toda la fiesta. Numerosos turistas pudieron contemplar las
escenas de batalla sin entender mucho de qué iba la historia, pero
miraban entre divertidos y curiosos las evoluciones y
enfrentamientos de uno y otro bando. A quien no le importaba nada
si aquello era o no basado en hechos históricos fue, sin duda, a
los más pequeños. Su pasión en el enfrentamiento acabó con más de
una espada de madera rota en la arena. De igual forma, eran los
últimos en abandonar el campo de batalla, a veces incluso obligados
por los mayores que ya daban por concluido el conflicto. Muy
diferente ha sido este año la escenificación del desembarco con
respecto a otras fiestas anteriores. Crece el número de personas
que participan, al igual que la calidad de los disfraces y
complementos. La participación de los gegants abriendo la comitiva
destacó igual que la actuación primera de els cavallets anunciando
el desfile. El ritmo de las batucadas se hizo presente durante todo
el recorrido que brilló por la calidad de todas las collas
participantes. Los organizadores han señalado que en esta edición
se han superado las cifras de participantes y también de público
asistente, con lo se confía en que la fiesta mejorará cada año.
José A. de Haro
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.