No debió hacer muchos esfuerzos aquel que ideó la celebración de
una carrera popular con ropa íntima. Pero lo cierto es que ayer
noche, Bunyola vivió una fiesta que será recordada durante muchos
meses. Un centenar de participantes, en su gran mayoría hombres, se
concentraron en los «desvestuarios» del Bar Lemoix para realizar la
«I correguda en roba interior».
La preparación de la carrera, desvestirse en este caso, fue
acompañada de cerveza para calentar los ánimos, hacer desaparecer
la vergüenza, que quien más quien menos la tenía, y para luchar
contra el rocío que empezaba a caer. Un acontecimiento como éste,
sin cariz deportivo, y de sobra festivo, no pudo tener otra
repercusión que la presencia masiva de público que entre carcajadas
y gritos animó a todos los participantes. Al final, después de un
paseo más que una carrera, los participantes lo celebraron al grito
de «queremos cerveza».
La organización quiso también agradecer y premiar la ropa
interior más original. El premio al más cutre fue para Sebastià
Canyelles, vestido con una malla negra. El más atrevido premio
Rasputín fue para einquer Joan Serra. Asimismo, el premio Guai se
repartió entre Joana Maria y Marta, ambas pintadas de arriba
abajo.
Joan Castells
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