Cansados de contemplar una y otra vez cómo la naturaleza más cruel se ceba en las poblaciones más vulnerables del planeta, lo último que deseamos es comprobar que también los gobiernos del mundo civilizado les tienen reservado a los más débiles un futuro implacable. Lo que está ocurriendo en las vallas de Ceuta y Melilla no tiene justificación posible. Que nuestras autoridades cumplan la ley devolviendo al país de origen -o al último que pisaron, en este caso- a los inmigrantes ilegales que cruzan la frontera entra dentro de lo cabal, de lo legal. Lo que no tiene nombre es que Marruecos se deshaga de estas personas no mandándolas de vuelta a sus países, sino abandonándolas a su suerte en el desierto del Sáhara, donde ya han perecido varios víctimas de la sed.
Editorial
Un drama de enorme magnitud
15/10/05 0:00
También en Noticias
- ¿Por qué aumentan los casos de cáncer?
- El truco del vinagre en los pies para tenerlos como recién salidos de un salón de belleza este verano
- Una chabola en primera línea del Passeig Marítim
- «La presión del nacionalismo lingüístico lleva a muchas familias de Baleares a renunciar a la lengua materna de sus hijos»
- Derriban las obras realizadas sin licencia en la discoteca Pachá
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.