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Belleza, técnica y colorido se dieron cita ayer en S'Escorxador de Palma, donde el Circo Ruso ofreció al nutrido público, mayoritariamente infantil, que llenó por completo la plazoleta del recinto, un variado espectáculo para todas las edades que se prolongó entre las once de la mañana y las dos de la tarde.

La actuación a cargo de una decena de grandes profesionales de la carpa residentes en Mallorca y avalados por el prestigio de la Academia Rusa de las Artes Escénicas dio comienzo con un animado pasacalle que recorrió todo el complejo e hizo las delicias de los niños congregados en lo que fue su fiesta particular. Un payaso y su comparsa subieron a continuación al escenario, que acogió también a un polifacético ventrílocuo y un figurante disfrazado de oso en una primera parte dedicada a los más pequeños que culminó con un simpático número con perritos adiestrados a cargo de Liubava, con 25 años de experiencia circense.

Este primer contacto entre los artistas y el público, que fue obsequiado con figuras de globoflexia, caldeó el ambiente a medida que el domingo se desperezaba en un día de agradable temperatura, que motivó la total ocupación de las terrazas de bares del recinto.

La participación de malabaristas y jóvenes contorsionistas, junto a bailarinas ataviadas con trajes regionales rusos o de ballet, ofreció una pincelada de delicada belleza al espectáculo, que adquirió todo el brillo y la sensualidad de oriente en unos bailes de particular encanto exótico o de inspiración felina.

Un momento álgido lo marcó la actuación del faquir, quien tras exhibir su destreza dominando el fuego, rompió una botella a los ojos del público, para depositar los cristales en una bandeja sobre la que caminó y hasta saltó desde cierta altura sin daño aparente. Secreto profesional y resultado, según declaró a Ultima Hora, de un profundo ejercicio de concentración, que le lleva a un fuerte ejercicio de introspección mental que le ausenta del entorno físico.

Como colofón a este bonito espectáculo que ha recorrido distintos escenarios de Mallorca y que podrá volver a verse los días 5 y 6 de noviembre en la fiesta que se organiza frente a la parroquia de Sant Marçal, los artistas saludaron al público a los acordes de canciones tradicionales rusas como «Kalinka» o «Los remeros del Volga», coreadas por todos.

Gabriel Alomar