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La Asociación de Vecinos de La Soledad de Palma se hermanó ayer con la asociación de personas mayores Virgen de La Soledad de Chiclana de la Frontera, en un emotivo acto al que asistieron más de cuatrocientas personas y que se celebró bajo la carpa del Acolliment en el Santuario de Lluc.

La historia del hermanamiento de ambas asociaciones no deja de ser curiosa, y es que Antonio Hernández, el que fuera cofundador de la Asociación de vecinos de La Soledad de Palma, además de presidente durante muchos años, se fue hace un tiempo a vivir a Chiclana de la Frontera, en Cádiz, donde preside, cómo no, una nueva asociación, esta vez la de la tercera edad de la Virgen de La Soledad.

De esta manera, además de compartir el nombre de La Soledad, ambas instituciones comparten a Antonio Hernández, que se mostraba ayer emocionado ante sus actuales compañeros de andanzas (la tercera edad de Chiclana) y los que durante años compartieron con él la lucha diaria por sacar la barriada de La Soledad adelante.

Así, el acto protocolario de hermanamiento se convirtió ayer a la vez en homenaje a la figura de Antonio Hernández, y es que los presentes no dejaron de valorar su trabajo y dedicación para conseguir el bienestar de las personas. En el acto de hermanamiento entre ambas asociaciones actuó como testigo el presidente de s'Institut de Serveis Socials i Esportius de Mallorca, Antoni Serra, que destacó el importante papel que juegan las diferentes asociaciones en la sociedad. «La sociedad tiene muchas formas de funcionar, en muchas ocasiones se organiza por sí misma y desde las administraciones tenemos la obligación de darles apoyo en sus iniciativas y de crear servicios, pero nunca podremos reemplazar el trabajo que las asociaciones hacen a pie de calle. Ustedes son los verdaderos protagonistas», dijo.

Durante el acto de hermanamiento se intercambiaron regalos y actuó la agrupación Art i Ball Mallorquí, integrada en la asociación de La Soledad, que bailó para el público.

E. Ballestero