Diana de Francia ha vuelto a su casa de Esporles, Flor de Lis,
por Navidad. De momento está sola, sin nadie de su familia. Se la
ve feliz y muy contenta. Y motivos tiene para ello: va a ser abuela
de nuevo.
«El nieto numero 13 viene de camino. Es el segundo hijo de
Fleur, será niña, no sabemos cómo se llamará, pero sí que nacerá en
Viena. Fleur, su esposo y sus dos hijos pasarán el verano aquí. Y
yo estaré con ellos dos semanas», comenta muy ilusionada.
También vemos que ha adelgazado, que está mas estilizada que la
última vez, y que como siempre no para de hacer cosas, sobre todo
para los demás.
-¿La familia?
-Muy bien. Y el duque, mejor que nunca. El próximo mes de agosto
cumple 70 años y le vamos a hacer una gran fiesta, en la que se
reunirá toda la familia. La haremos en Althause y el duque se va a
llevar alguna agradable sorpresa que le estamos preparando.
-¿Sigue usted pintando?
-Mucho. Aquí y allí. Donde puedo. Este año tengo comprometidas tres
exposiciones: Francia, Bélgica y Alemania.
-Hace un año me habló de un proyecto: alquilar Flor de
Lis para bodas, bautizos y comuniones. ¿Sigue en
pie?
-Un proyecto que iba a llevar a cabo Eberhard. Pero el duque no lo
ha aprobado. Considera que no es bueno meter extraños, aunque sean
buenas personas, en casa.
-Tenemos entendido que pronto viajará al
Tibet
-Sí. A ser posible, en agosto, tras el cumpleaños de mi marido.
Viajaremos varias personas, entre ellas mi hijo Eberhard y un
médico.
-¿Podemos saber qué la lleva a tan lejano
lugar?
-La solidaridad.
Del cajón de un escritorio saca un dossier que coloca sobre la
mesa, al lado de la bandeja en la que ha servido café y unas ricas
pastas que ella hace. En la primera página leemos: «Segundo poblado
de niños en la provincia de Amdo, en el Tibet». Casa hecha por la
princesa Diana de Francia y duquesa de Würtemberg con el dinero
conseguido por la venta de sus esculturas en junio de 2004.
«Amdo es un lugar lejano, a cuatro mil metros de altura, en el
que Grace Kelly tiene una fundación en favor de niños necesitados
de esa zona. Cuando hice la exposición de esculturas en junio, un
representante de dicha fundación me habló del proyecto y me ofreció
la posibilidad de ayudarles. Y yo, encantada, lo hice. Destiné
20.000 euros con los que se está construyendo una casa. Ésta
-señala la fotografía que aparece en el dossier-. Es una casa
grande (ver la fotografía horizontal de la izquierda de este
reportaje), que ya está muy adelantada. La organización nos ha
invitado a verla, y nosotros, muy gustosos, iremos en agosto,
después del cumpleaños del duque. La casa está cerca de un poblado
en el que nos hospedaremos los días que estemos allí», explica
Diana sobre este solidario proyecto en el que ella colabora.
Pedro Prieto
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