El mal tiempo y las lluvias de las primeras horas de la tarde
hicieron una pausa durante la cabalgata de los Reyes Magos. Cientos
de niños de la ciudad de Inca salieron a la calle para esperar a
Melchor, Gaspar y Baltasar, una espera que se hizo de rogar más de
una hora y que provocó los nervios de los pequeños, temiendo que
sus Majestades los Reyes de Oriente no hubieran llegado a
tiempo.
Finalmente, las numerosas carrozas que formaban la cabalgata de
los Reyes, asomaban por las calles y la ilusión se reflejaba en la
cara de los más pequeños que ansiaban el momento de llegar a sus
casas y poder abrir los montones de regalos que los tres reyes
habían dejado en los comedores.
Pero algunos de los niños no tuvieron que esperar hasta llegar a
casa. Durante el recorrido de la cabalgata por las calles más
céntricas de la ciudad de Inca, los pajes que ayudaban a Melchor,
Gaspar y Baltasar, empezaron a repartir los regalos y juguetes que
los pequeños habían pedido en sus cartas.
Pero los Reyes Magos no sólo llegaron a Inca, el resto de los
pueblos de la comarca también celebraron la fiesta de los niños. En
Llubí, Melchor, Gaspar y Baltasar, también se hicieron de rogar por
el gran número de gente que les esperaba en la plaza de la
Carretera. En este pueblo, los tres reyes llegaron montados a
caballo precedidos por las típicas carrozas, que hicieron el
recorrido hacia la iglesia más rápido que otros años debido al
peligro de lluvia que amenazaba con caer.
Este fue también el caso de Sineu, donde Sus Majestades de
Oriente recorrieron el pueblo para después dirigirse a adorar al
niño Jesús en la iglesia.
M.N/M.M/C.M.
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