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No han variado las ventas y pocos confían en que aumenten en los próximos meses. Los estanqueros de Palma no han notado ningún cambio desde que la ley antitabaco se aplicara el pasado día 1 de enero. Primero, porque apenas «hemos tenido tiempo para notarlos» y, segundo, porque «es posible que en adelante las personas que dejen de fumar suplirán a los puntos de venta que han dejado de vender».

Monserrat, desde el estanco ubicado en la calle Rafael Rodríguez Méndez, comparte la misma opinión, aunque expresa su preocupación por la confusión que ha generado la ley. «En cuatro días no se ha notado ningún cambio. Se vende poco desde hace años, no por la nueva ley. No tengo ni idea si se venderá más, depende de si quitan las máquinas o no. Yo no estoy a favor de la ley tal y como está. No sé qué cambiaría. El caso es que el Gobierno dice una cosa y por internet algo diferente», afirma.

En general, los estanqueros se muestran pesimistas respecto a la aplicación de la ley y algunos trasladan su preocupación a una reducción en las ventas en los próximos dos meses.

Antonia, que trabaja en un estanco ubicado en la calle Pascual Ribot, afirma que no cree «que vaya a funcionar la ley porque cuando nos obligan a hacer una cosa, hacemos la contraria. No se puede decir todavía si tenemos más o menos ventas porque han pasado muy pocos días y en fiestas las personas se llevan tabaco para varios días».