Sótano, planta baja, tres alturas rematadas por un torreón en una
superficie total de 1.700 metros cuadrados. Las obras de
remodelación de la nueva sede de la Fiscalía de Balears ya marchan
a buen ritmo, según pudo comprobar ayer este diario y el propio
fiscal jefe, Bartomeu Barceló, que visitó el edificio. El inmueble,
antigua sede de la ONCE en la plaça Bisbe Berenguer de Palma,
donado por el Govern al Ministerio Público, está siendo sometido a
un cambio de fisonomía absoluto. El encargado de las obras, José
Miguel Martínez, de la empresa Contratas y Obras, enseñó algunos de
los aspectos principales del proyecto, entre ellos, lo que será el
despacho del fiscal jefe, situado en la primera planta.
La Fiscalía de Balears prevé trasladarse en mayo de este año su
sede al antiguo edificio que durante 40 años perteneció a la ONCE y
que hasta ahora albergaba la Conselleria de Benestar Social. El
edificio es propiedad del Govern, que lo adquirió en el año 2000
por un importe de 840.000 euros (142.700.000 pesetas). El edificio
del Govern, construido en 1919, tiene una superficie útil de
1.711,38 metros cuadrados y, tras las obras a las que fue sometido,
se ha convertido en un edificio ejemplar en cuanto a eliminación de
barreras arquitectónicas.
El fiscal jefe ha explicado que las actuales instalaciones del
Ministerio Público en el Tribunal Superior de Justicia «son
insuficientes» para atender las necesidades inherentes a la
actividad que desarrollan los fiscales. El Ministerio Público de
las Islas viene reclamando desde hace varios años una nueva sede, y
el propio fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, ha
denunciado las condiciones «penosas» en las que se desenvuelven los
fiscales en Balears. La mayoría carece de despacho propio en las
obsoletas instalaciones del Tribunal Superior de Justicia de
Balears.
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