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El concejal de Palma y dirigente de Esquerra Unida (EU) Eberhard Grosske se estrenó ayer como co-portavoz de Alternativa, la nueva marca electoral de EU y de Els Verds, con un discurso muy crítico hacia la gestión del PP y de UM y que también incluyó críticas a Iñaki Urdangarín por -dijo- «aproverchar su relación con la Familia Real para sus negocios».

Grosske, uno de los dos portavoces de Alternativa (el otro será everde Miquel Angel Llauger) aludía así a la polémica suscitada por la organización de un foro sobre deporte turístico en que se pagaron cantidades millonarias a un instituto que coordina el marido de la Infanta Cristina.

La asamblea constituyente se desarrolló con la unanimidad prevista y concluyó con la intervención de Grosske que se refirió al concurso que ha convocado el Consell para Can Domenge como «un saqueo miserable para favorecer a unas personas y que acabará con alguna donación anónima en las cuentas de UM».

El dirigente de Alternativa también se refirió a Son Espases y criticó que el Govern del PP esté empeñado en que «se forre la sanidad privada».

El documento constitucional de Alternativa se aprobó con 70 votos a favor y una abstención. Todas las enmiendas fueron incorporadas al texto.

La constitución de Alternativa no lleva aparejada la disolución de Esquerra Unida ni de Els Verds, que se presentarán juntos a partir de ahora a todas las elecciones. A Alternativa también se han sumado personas independientes vinculadas a la izquierda.

El objetivo de Alternativa es electoral pero vas más allá. Consideran que las elecciones de 2007 son una «cita fundamental» en la que es posible que se produzca un cambio de signo político en la Administración autonómica».

Una parte de Els Verds, el que lidera Margalida Rosselló, rechaza el acuerdo y mantiene que se trata de una usurpación de siglas.

El coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares no pudo estar presente en la clausura pero envió un mensaje de apoyó en que elogiaba al Pacte de Porgrés. Calificaba la nueva plataforma Alternativa como «una expresión política brillante y esperanzadora».