Antich, desde Eivissa (el líder socialista participó en la
manifestación) solictó al PP que se acoja al sentido común y
rectifique el proyecto viario emprendido por Govern y Consell en la
isla de Ibiza, «ya que la modificación de estas infraestructuras es
voluntad de quienes gobiernan y si lo hicieran se podría conseguir
un acuerdo con el Ministerio de Fomento para conseguir inversión
estatal», concretó.
En Palma, tras asistir a la reunión del G10, Matas pidió
«paciencia» a quienes se oponen a las carreteras proyectadas en
Eivissa, porque, al final, «los hechos demostrarán que son
respetuosas con el medio ambiente y que son una muy buena solución
para resolver una carencia muy importante» en la isla, aseguró.
Matas manifestó que «respeta» a quienes se oponen a los
proyectos, pero insistió en que se trata de vías cuyo trazado ha
sido modificado para «adaptarlas a las condiciones medioambientales
que exigían sus declaraciones».
Según el president, quienes se oponen ahora a las nuevas
carreteras también las terminarán utilizando.
Asimismo, Antich declaró que está trabajando en resolver el
conflicto entre las Islas Baleares y el Ministerio, «que ya ha
anunciado que tiene la intención de llegar a un acuerdo con los
diferentes Consells Insulares para poder hacer infraestructuras
pactadas, sensatas y sostenibles para las islas, y por tanto podría
haber dinero del ministerio y no tendríamos que sufragarlo desde
aquí», auguró.
Ni el presidente del Consell, Pere Palou ni la consellera
Matutes dimitirán. Así lo puso de manifiesto el prortavoz del
Consell de Eivissa, Marí Tur que señaló que el gobierno insular «se
queda» con la cifra de 6.000 manifestantes. Esta información se
basa en informes no hechos públicos por la Policía Nacional. Según
Marí Tur, Delegación del Gobierno no dio cifras porque no llegaban
a lo deseado por el PSOE. La prensa pitiusa tampoco ha coincido en
las cifras. Lo cierto es que fue una de las manifestaciones más
concurridas.
En todo caso, Marí Tur dejó claro que «no habrá cambios» en los
proyectos, «ni dimisiones» ni una remodelación del equipo de
gobierno para superar la crisis. Marí Tur afirmó, en la lectura del
comunicado, que el Consell respeta al derecho constitucional que
ampara la libertad de manifestación, aunque considera que en la
manifestación del viernes «sobraron los insultos, las ofensas
personales, lanzamientos de objetos y agresiones con líquidos
ácidos que incluso obligaron a la atención sanitaria de algunas
personas, tres de ellos niños». «En este sentido», apuntó,
«opinamos que aquello que la izquierda no consiguió con votos,
quieren ahora conseguirlo con gritos, pancartas e insultos». A
vueltas con el baile de cifras, el Consell aseguró lo siguiente:
«Un total de 6.000 personas en una manifestación a la que incluso
fue invitada a participar gente de fuera, como el caso del señor
Antich, que tras haber pasado toda una legislatura bajo su mandato
en las Balears sin haber podido inaugurar nada en Eivissa y
Formentera, quiere ahora impedir cualquier tipo de progreso en las
islas».
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