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EUGENIO RODRÍGUEZ/J.T.B
La manifestación que se celebró el viernes en Eivissa contra los proyectos de carreteras del PP dio paso ayer a la guerra, tanto de cifras de asistencia -el PP habla de 6.000 y los convocantes de 20.000- como de palabras, declaraciones y valoraciones políticas.

Antich, desde Eivissa (el líder socialista participó en la manifestación) solictó al PP que se acoja al sentido común y rectifique el proyecto viario emprendido por Govern y Consell en la isla de Ibiza, «ya que la modificación de estas infraestructuras es voluntad de quienes gobiernan y si lo hicieran se podría conseguir un acuerdo con el Ministerio de Fomento para conseguir inversión estatal», concretó.

En Palma, tras asistir a la reunión del G10, Matas pidió «paciencia» a quienes se oponen a las carreteras proyectadas en Eivissa, porque, al final, «los hechos demostrarán que son respetuosas con el medio ambiente y que son una muy buena solución para resolver una carencia muy importante» en la isla, aseguró.

Matas manifestó que «respeta» a quienes se oponen a los proyectos, pero insistió en que se trata de vías cuyo trazado ha sido modificado para «adaptarlas a las condiciones medioambientales que exigían sus declaraciones».

Según el president, quienes se oponen ahora a las nuevas carreteras también las terminarán utilizando.

Asimismo, Antich declaró que está trabajando en resolver el conflicto entre las Islas Baleares y el Ministerio, «que ya ha anunciado que tiene la intención de llegar a un acuerdo con los diferentes Consells Insulares para poder hacer infraestructuras pactadas, sensatas y sostenibles para las islas, y por tanto podría haber dinero del ministerio y no tendríamos que sufragarlo desde aquí», auguró.

Ni el presidente del Consell, Pere Palou ni la consellera Matutes dimitirán. Así lo puso de manifiesto el prortavoz del Consell de Eivissa, Marí Tur que señaló que el gobierno insular «se queda» con la cifra de 6.000 manifestantes. Esta información se basa en informes no hechos públicos por la Policía Nacional. Según Marí Tur, Delegación del Gobierno no dio cifras porque no llegaban a lo deseado por el PSOE. La prensa pitiusa tampoco ha coincido en las cifras. Lo cierto es que fue una de las manifestaciones más concurridas.

En todo caso, Marí Tur dejó claro que «no habrá cambios» en los proyectos, «ni dimisiones» ni una remodelación del equipo de gobierno para superar la crisis. Marí Tur afirmó, en la lectura del comunicado, que el Consell respeta al derecho constitucional que ampara la libertad de manifestación, aunque considera que en la manifestación del viernes «sobraron los insultos, las ofensas personales, lanzamientos de objetos y agresiones con líquidos ácidos que incluso obligaron a la atención sanitaria de algunas personas, tres de ellos niños». «En este sentido», apuntó, «opinamos que aquello que la izquierda no consiguió con votos, quieren ahora conseguirlo con gritos, pancartas e insultos». A vueltas con el baile de cifras, el Consell aseguró lo siguiente: «Un total de 6.000 personas en una manifestación a la que incluso fue invitada a participar gente de fuera, como el caso del señor Antich, que tras haber pasado toda una legislatura bajo su mandato en las Balears sin haber podido inaugurar nada en Eivissa y Formentera, quiere ahora impedir cualquier tipo de progreso en las islas».