La participación superó a las previsiones y, algo inédito, la
Policía Local y la Nacional, que actuaron coordinadas, contaron
ayer más participantes que la propia organización en la
manifestación que recorrió varias calles de Palma en solidaridad
con el movimiento antiautopista de Eivissa.
Más de dos mil manifestantes (según la organización) y entre
2.800 y 3.000 según cálculos policiales protagonizaron una protesta
festiva, y sin incidentes, contra la construcción de autovías en
Eivissa.
Aunque se sumaron algunos representantes políticos
(principalmente de Esquerra Unida, pero también del PSM, del PSIB y
de ERC) el protagonismo de la marcha fue ciudadano y muy
juvenil.
Por eso dominó el tono festivo aunque muy comprometido con la
causa. Algunas personas acudieron con la cara pintada, otras con
narices rojas y la mayor parte del trayecto, entre la Plaça
d'Espanya y el Consolat de la Mar (sede de la Presidencia) estuvo
acompañado de tambores, bailes y hasta actuaciones malabares. A su
paso por las obras del aparcamiento de Antoni Maura, entre es Born
y el Consolat, se colgó una pancarta en una gran grúa.
La lectura del manifiesto corrió a cargo de un activista de
Eivissa, Albert Prats, un profesor de instituto detenido en varias
ocasiones por colocarse delante de las excavadoras. Prats agradeció
el apoyo de la población mallorquina a la causa. Durante la
manifestación también se coreó algún lema contra las obras de
Mallorca.
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