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Munar logró ayer el respaldo unánime de los partidos de la oposición a su decisión de no aceptar las competencias de Joventut en las condiciones en que quiere traspasarlas el Govern. «Es normal que una administración como el Consell no quiera una competencia mal dotada, de la misma forma que el señor Matas exige que las competencias que llegan del Gobierno central estén bien financiadas», aseguró la consellera del PSIB en el Consell Aina Rado. «El Govern pretende crear cuatro empresas públicas al margen de los consells y eso es de un descaro increíble», opinó.

En los mismos términos se expresó la representante del PSM Bárbara Bujosa, quien apoyó las tesis de UM al considerar que no se puede aceptar una competencia que no cumpla unos mínimos de financiación y de autonomía. «Es un escándalo que el Govern no haga una transferencia como corresponde y que, en su lugar, se dedique a hacer una usurpación de funciones y un intento de controlar las competencias que cede», aseguró la representante de los nacionalistas.

Para la representante de EU-EV Marilena Tugores, el Govern está imponiendo unas condiciones para aceptar la transferencia que son «intolerables». La transferencia económica es desproporcionada a la baja con respecto al resto de Consells, según Tugores. «El Govern no puede mantener una parte de las competencias que ya ha cedido a los consells», concluyó la representante de EU-EV.