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Una repentina nevada caída la noche del lunes sorprendió a la expedición mallorquina durante su día de descanso en Lobuche. La bella estampa contrasta con las preocupantes noticias que día tras día llegan desde Katmandú sobre la situación política y social de Nepal, asediado por una huelga general y un toque de queda que ha afectado las comunicaciones. Aún así, en la región del Solu-Khumbu se vive un ambiente de calma absoluta.

La marcha de la expedición Mallorca a dalt de tot. Everest 2006 sigue, pese a todo, según el programa previsto. Una vez resuelto el problema de traslado en helicóptero de la media tonelada de material del grupo, Oli y los dos Tolos tienen previsto llegar al campo base el viernes que viene. Las perspectivas son buenas y los sherpas nos informan de que este año las condiciones meteorológicas son las propicias.

Los escaladores mallorquines aprovecharon el día de ayer para hacer un pequeño paseo por el glaciar del Khumbu, entre los 4.900 metros y los 5.200, con el fin de avanzar en el proceso de aclimatación, por ahora excelente. A partir del lunes de Pascua empieza el trabajo de verdad, con el montaje sucesivo de los campos de altura.

Tolo Quetglas, con José García Ochogavía y Ramón Alfredo Fernández Córcoles, fueron los primeros escaladores mallorquines en poner el pie en las altas tierras del Himalaya. Era el mes de octubre de 1985, aquel año, los tres escaladores consiguieron con éxito alcanzar la cumbre este del Lobuche Peak y quedaron cerca de la cima del Island Peak, ambos en la zona del Everest.

Entonces, la vida en la región del Solu-Khumbu se basaba en una economía rural que todavía no había dado el salto hacia la impresionante economía de servicios que es ahora. Los «lodges» o refugios se han extendido por toda la zona hasta lugares donde antes no había más que alguna cabaña de pastores. Este es el caso de Lobuche, lugar al cual llegaron Quetglas y los otros dos escaladores un frío y blanco otoño de hace veintiún años. Un tiempo en que había dos cabañas y ahora ya hay un total de seis refugios con capacidad para 200 personas.