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El mallorquín Jaume Segura (Sa Pobla, 1973) ha sido uno de los cinco diplomáticos elegidos por el Gobierno español para hacer frente a la inmigración irregular, en el marco del «Plan Àfrica» aprobado el pasado viernes en el Consejo de Ministros. Segura, hasta ahora secretario de la embajada de España en Jamaica, ha sido destinado a Guinea Conakry, uno de los principales países generadores de inmigrantes irregulares. Los otros son Gambia, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Níger. También destaca Senegal, país elegido como centro de operaciones en el continente. Su misión en Guinea Conakry será el de dialogar con las autoridades locales para hacer frente al flujo migratorio en un tiempo no inferior a tres o seis meses. El Gobierno confió en Jaume Segura, diplomático de carrera y el más joven (27 años) de los estudiantes en aprobar las oposiciones, por el magnífico papel que ha desarrollado en Jamaica. En este país, turístico por excelencia, ha sido el interlocutor de numerosos empresarios mallorquines del sector de la hostelería.

Afronta este nueva misión como un reto más en su corta pero exitosa carrera profesional. Jaume Segura se curtió en los debates del Foro Formentor, al que asistían distintas personalidades del Medio Oriente y del Magreb. Antes, sin embargo, había cumplido su primer destino formando parte del gabinete de los ex ministros Josep Piqué y Ana Palacios, en el Gobierno presidido por José María Aznar. El diplomático mallorquín tendrá en Guinea Conakry un misión muy delicada, que ha diseñado el embajador español en misión especial, Miguel Angel Mazarambroz. El objetivo de la puesta en marcha del llamado «Plan Àfrica» es frenar la inmigración clandestina. Mazarambroz ha coordinado desde Dakar una célula diplomática para la aplicación del «Plan Àfrica» en seis países: Senegal, Gambia, Cabo Verde, Guinea Bissau, Guinea y Níger.

El principal objetivo de esta iniciativa es el envío de diplomáticos a la región para la restricción de la salida de inmigrantes ilegales y la conclusión de acuerdos de repatriación con los países de la zona. Y todo ello, ante un refuerzo de la vigilancia en el litoral español y marroquí, así como en las inmediaciones de los enclaves españoles de Ceuta y Melilla, en el norte de Marruecos. El objetivo es combatir las mafias que se dedican al transporte de inmigrantes clandestinos, que se han desplazado hacia países situados más al sur, donde han fijado sus puntos de partida hacia Canarias. En ese contexto, la labor de Jaume Segura será la de contactar con los representantes del Gobierno de Guinea Conakry y articular medidas con el fin de paliar y reducir el flujo de inmigración irregular.