Carbonell aclaró que «no es normal» que se esté «detectando la presencia tantos insectos y mosquitos» en esta época del año, sino que suele ser en verano, en junio y julio, cuando aumenta la aparición de estas especies, debido a la condiciones favorableas de «calor y humedad» que benefician su proliferación.
Por lo general, en primavera se registra un fuerte incremento de mosquitos, coincidiendo con la fase de reprodución de su ciclo biológico, momento en que «los huevos» estan a la espera de contar con las condiciones adecuadas para su desarrollo, dijo.
Es por ello, señaló Carbonell, que las campañas se centran estos meses en acudir a las zonas húmedas para controlar, mediante productos biologicos, la expansión de los mosquitos, que en el caso de Palma es más notable en la playa de Palma (la acequia de Sant Jordi, la red de aguas pluviales que atraviesa la zona, Ses Fontanelles), y la zona protegida de Especial Interés en Sa Riera.
Al respecto, añadió que los problemas «más graves» en estas zonas tienen que ver con que transcurra más de una semana con el agua embalsada, lo que incide en que se produzca un «repunte» de mosquitos en estos lugares.
En cuanto a la aparición de cucarachas o insectos 'rampantes', sobre las que se trabaja todo el año, aunque de forma más insistente entre mayo y octubre, es una consecuencia del bienestar social, donde se crean hábitats adecuados para el desarrolo y la alimentación de esos insectos, que viven en la parte baja de los edificios, y en las canalizaciones de aguas residuales, sirviéndose del alcantarillado municipal.
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