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El teniente de alcalde de Urbanisme, Javier Rodrigo de Santos, anunció ayer que cuando finalice al actual mandato, en mayo de 2007, abandonará su cargo como concejal en el Ajuntament y no volverá a presentarse como edil en las próximas elecciones ni a ningún otro cargo político, hecho que atribuyó a «razones de tipo personal», entre ellas el «poder dedicar más tiempo» a su familia. De Santos recordó que lleva 10 años ocupando distintos cargos de responsabilidad política.

El edil hizo este anuncio al final del pleno de ayer, que vivió momentos de gran tensión provocados por la intervención del portavoz de varias de las familias que vivían en las fincas de Antoni Pons, Miguel Torres, quien, en un tono absolutamente despreciativo, ofensivo y falto del más mínimo respeto, sin precedentes en esta legislatura por parte de todas las personas que han solicitado intervenir, acusó a De Santos de no haber hecho nada para atender a las familias que el pasado 11 de noviembre tuvieron que abandonar los pisos en que vivían, en los números 15 y 17 de Antoni Pons, debido a los temblores detectados en ambas fincas.

La alcaldesa de Palma, la popular Catalina Cirer, le pidió al portavoz de las familias que moderase el tono, y le volvió a llamar la atención poco después. Cuando Torres acabó su exposición, De Santos pidió la palabra a Cirer para responder a las descalificaciones personales recibidas, pero la alcaldesa se la negó. En ese momento, el edil abandonó su escaño junto a la alcaldesa y se situó en otro situado más a la izquierda. Las ediles Catalina Terrassa y Marina Sans se sentaron entonces a su lado.

A continuación, el portavoz de EU-EV, Eberhard Grosske, que había solicitado la comparecencia de De Santos para que explicase la situación de las personas realojadas de Antoni Pons, pidió al edil que anunciase cuándo empezarían las obras de rehabilitación de las fincas dañadas de esa calle.