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NEKANE DOMBLÀS/EFE
El portavoz del PP, Miquel Ramis, lamentó ayer que Balears no cuente con un centro de internamiento de inmigrantes, lo que, a su juicio, facilitaría el trámite de expulsión de aquellos ciudadanos extranjeros que residen en las Islas sin regular su situación. Para Ramis, los 600 extracomunitarios sobre los que pesa una orden de expulsión, información que ayer publicaba Ultima Hora, no son más que la punta del iceberg de una realidad mucho más preocupante.

Ramis, que fue delegado del Gobierno en la última época del mandato de José María Aznar, calculó que en Balears hay más de 50.000 extracomunitarios que no tienen los permisos en regla. Afirmó que esta cifra se calculó en la época en que él era el representante del Gobierno central en las Islas, por lo que auguró que este número ha aumentado considerablemente por la política del Ejecutivo de Zapatero, que ha provocado un «efecto llamada».

Ramis recordó que, durante su mandato como delegado del Gobierno en las Islas, se intentó crear este centro de internamiento para facilitar las expulsiones. Sin embargo, el proyecto no llegó a concretarse porque el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero descartó la idea tras ganar las elecciones. «Por esta razón no se pueden hacer efectivas las órdenes de expulsión», aseguró el representante del PP.

También el president del Govern, Jaume Matas, se refirió ayer al problema de la inmigración y aprovechó una comparecencia ante los medios de comunicación para pedir al Ejecutivo central que aplique una política «de prevención» y «anticipación» ante el fenómeno de la inmigración masiva que recibe España, que consideró producto de «un proceso de regularización que a todas luces se hizo mal».

«De aquellos polvos, estos lodos», aseveró Matas, en referencia a la gestión del Gobierno. El president criticó el proceso de regularización, que, según sostuvo, «incluso se hizo tratando mal a los propios inmigrantes», actuación que calificó de «indignante».