Vicenç Oliver más que diseñador es amante de la cultura islámica, coleccionista de tejidos y restaurador de valiosas prendas antiguas. Pero también es un gran escritor, dramaturgo, director artístico y «hombre del teatro» como le ha definido la guionista Ana María Vargas. Tejidos antiguos del imperio otomano obtenidos a través de subastas, opresores burkas afganos que cayeron en sus manos en algunos de sus muchos viajes, mantillas de la virgen de la Dolorosa compradas a un anticuario veneciano; este joven diseñador de Algaida ha aprovechado toda su experiencia profesional y personal para crear los diseños de la que, sin duda, va a ser una exitosa primera colección.
Inspirada en la obra artística de Santiago Rusiñol, como un merecido homenaje a este pintor modernista, así presentará esta noche «El jardín abandonado» en Can Mossenya en Valldemossa a partir de las 22.00 horas. Un desfile teatral, sin pasarela ni convencionalismos, en el que van a participar hasta veinticinco modelos, tres bailarines, el actor Carlos Poyal y una soprano. «Es una colección que trata de evocar tiempos pasados, nostálgicos como el romanticismo y en la que pretendo romper esquemas y evitar todo convencionalismo» nos explica. Lonas de las tiendas de campaña del desierto sirio, pasamanerías, encajes o enaguas sicilianas, se transforman en hermosos abrigos, vestidos o faldas. «También trabajo con tejidos mediterráneos, porque pretendo hacer una fusión entre oriente y occidente, una vinculación entre el mundo islámico y lo mediterráneo» afirma Vicenç Oliver, que ha querido anular toda represión de los tejidos para adaptarlos y sobre todo hacer prendas ponibles, por ello asegura que ha trabajado «con tallas que van desde la 38 a la 50, no me limito, y con ropa muy intemporal».
El diseñador nos recibió ayer en la tienda que tiene en Valldemossa para enseñarnos algunos de los diseños, que se podrán ver esta noche. Los bellos rincones de Valldemossa ayer se convirtieron temporalmente en la pasarela por la que la modelo lució un original vestido de lana recuperada de antiguos jerseys. Una prenda adaptable, cómoda y ligera. El modelo, con el torso descubierto, vistió una de las prendas más andrógenas de esta colección, en la que han colaborado otras dos diseñadoras, Margalida Mayol y Antonia Santaclara. El manto de una virgen inmaculada ha sido recuperado por el diseñador para crear esta falda, que lleva como forro un típico llençol de drap mallorquín. A este joven mallorquín no le falta imaginación ni profesionalidad. Desde que comenzó, ha trabajado realizando decorados y espacios tanto para teatro como para cine y grandes estilismos, que sin duda han hecho que hoy tenga un gran criterio a la hora de poner sus diseños sobre el escenario. Sin duda, lo de esta noche será un viaje en el tiempo y en el espacio. Un desfile de moda, una obra de teatro, una enriquecedora y variada muestra cultural, desde nuestra Isla hasta Afganistán, que contará con una gran puesta en escena que, como ha descrito Ana Mª Vargas a modo de regalo por el estreno de Vicenç Oliver en el mundo de la moda, bien podría parecerse a uno de los cuadros del gran Rusiñol.
Ana Largo
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