La llamada 'Vuelta Isla' es la excursión más exitosa, la que más contratan los turistas de entre todas las que ofrecen las diferentes agencias. Ultima Hora quiso meterse por un día en la piel de un excursionista, y realizar un recorrido por el que habrán pasado en torno a doce mil personas cuando se clausure la temporada.
Los viajeros han de madrugar, pues alrededor de las ocho de la mañana empiezan a ser recogidos en sus respectivos hoteles. Damas y caballeros, la excursión va a comenzar.
Los autobuses de Transtours son políglotas. Hablar idiomas es conditio sine qua non cuando tu misión es guiar a decenas de turistas procedentes de diversas nacionalidades. Las excursiones a lo largo y ancho de Mallorca se convierten en un viaje a bordo de una Torre de Babel sobre ruedas.
Pep Espinar, el guía, nos anuncia que vamos a llegar a Son Reus en inglés, francés, alemán y castellano. Curiosamente, hoy no hay ningún italiano. En la estación de Son Reus espera para partir el famoso tren de Sóller, un ferrocarril de época que llama poderosamente la atención entre el público extranjero. Cerca de una hora de trayecto, con parada incluida en el mirador de Pujol den Banya, y llegamos a Sóller, desde cuyo puerto nos embarcamos hacia Sa Calobra. Nos advierten de que en breves momentos se desatará una guerra fría entre los excursionistas por acomodarse en la cubierta superior. La predicción no falla.
Al llegar a Sa Calobra, se hace imprescindible un paseo hasta el Torrent de Pareis, para contemplar o incluso darse un baño entre las olas teñidas de un azul turquesa al borde de lo irreal. Al rato, la hora de comer presenta un serio dilema: restaurante con vistas al mar o caja de picnic a la sombra; la clase de dudas que despejan nuestros bolsillos.
Fran Casillas
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