Comitiva del Consell.

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CONCHA AGUSTÍN
Más de 3.000 personas, en su mayoría miembros de alguna de las 200 asociaciones invitadas por el Consell de Mallorca a la Misa Mayor en honor de la Mare de Déu de Lluc, patrona de Mallorca, abarrotaron la Seu que, por primera vez en años, se quedó literalmente pequeña para albergar a los asistentes a la Diada de Mallorca. «Una Diada multitudinaria», afirmó la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, que agradeció la respuesta de los ciudadanos y la colaboración de tantas personas que han dejado ver la bandera de Mallorca en los balcones de sus casas. Asimismo, el presidente del Govern Balear, Jaume Matas, constató el éxito de una jornada en la que participó numeroso público, sobre todo en la Seu.

Los actos institucionales dieron comienzo a las once de la mañana con un excelente concierto del Joch de Ministrils. Las 'cornamusses', 'flobiols' y 'tambors', hicieron las delicias del público en la sala de plenos del CIM.

Poco después, a las puertas del Palau del Consell, asomaban los Gigantes de Mallorca. La dinastía de los Reyes de Mallorca que por su relevante papel histórico han merecido ser representados, siglos después de su existencia real, con la envergadura propia de un gigante. El público concentrado ante la sede del Consell siguió con interés las representaciones, y entre ellos, muchos turistas. Pasado mediodía, se representó una pequeña obra escrita por Serafí Giscafré y documentada por Francesc Valcaneras. Una historia titulada «Coneguem els Reis de Mallorca» y que escenifica y trata de la historia de Jaume II y su esposa, la Reina Esclaramunda de Foix, y los reyes Sanç I y Jaume III «El Disortat». Este último enfrentado hasta la muerte con el rey de Aragón para defender su soberanía en Mallorca. Finalmente, fue en la batalla de Llucmajor, en el año 1349, cuando perdió la corona y la vida.

A pesar del fatal destino de los Reyes de Mallorca, en la representación de ayer, los gigantes bailaron al son del Joch de Ministrils y desde los balcones de la sede del CIM y, al son de la Balanguera, una lluvia de pétalos de rosa causó sensación a los asistentes, sobre todo a los foráneos.

Ya en comitiva, los representantes de todas las formaciones políticas con representación en el Consell, salvo Esquerra Unida y el PSM, se dirigieron hacia la Seu para asistir a la misa en honor de la patrona de la Isla, la Virgen de Lluc.

Presidían la comitiva, la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar, junto a los vicepresidentes de la institución, Dolça Mulet y Miquel Nadal, que pausadamente caminaron al son de la «Marxa d'Autoritats», una de las piezas del esplendor europeo de los ministrils, en principio anónima, aunque atribuida a Juan del Encina.

Ya en las puertas de la Catedral, el president del Govern, Jaume Matas; el presidente del Parlament, Pere Rotger; y la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, saludaron a la comitiva. Asimismo, se encontraban el general Federico Lázaro, en calidad de comandante general accidental; Manuel Fernández Roca-Teigel, coronel jefe del Séctor Aéreo de Balears; y Francisco Javier Jáuregui, jefe del Séctor Naval de las Islas.