En la larga y dulce batalla se utilizaron cerca de diez toneladas de uva. Foto: DANI CARDONA/REUTERS

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Unos 1.400 jóvenes y no tan jóvenes de Binissalem vivieron ayer la séptima edición de la ya tradicionabatalla de raïm.

En total, se lanzaron unas diez toneladas de uvas procedentes de las viñas de la comarca y ofrecidas por los viticultores para este espectáculo. A las 12.30 horas los participantes se concentraron delante del Ajuntament desde donde, acompañados de los xeremiers, se dirigieron solar municipal convertido en campo de batalla.

Un cohete lanzado al cielo de Binissalem, dio la salida para que los jóvenes se lanzaran sobre la uva, que en cuestión de segundos empezó a volar durante un acto sin reglas cuyo objetivo es tirar uvas al prójimo. El singular acto, que es organizado por Joves del Trui, surgió con la idea de empezar las fiestas de una forma menos protocolaria de lo que era habitual. M.N./A.H.