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El delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías, aprovechó ayer el aniversario de la Constitución para lanzar un mensaje para que la inmigración no se considere un problema sino como una oportunidad «para que todos salgamos ganando». En su discurso, Socías recordó que se produce «la gran paradoja» de que los inmigrantes africanos que llegan a Europa participan en la creación de riqueza en aquellos países en una proporción mucho más elevada que Europa participa en la riqueza de los países africanos. «Una vez más, los pobres dan a los ricos mucho más que aquello que los ricos dan a los pobres. Si ayer los europeos nos enriquecíamos con las materias primas de estos países colonizados, hoy nos enriquecemos con su mano de obra», expuso Socías.

El delegado del Gobierno considera imprescindible que la sociedad sea capaz de dar «una nueva mirada a la inmigración, la mirada del respeto y la cooperación». Socías recordó que la historia de la humanidad es la historia de las migraciones.

Ramón Socías enfocó su discurso desde el punto de vista social y rehuyó las polémicas, a pesar de que en el ambiente eran evidentes los efectos de la «operación Voramar». «No hablaré de la Constitución en el sentido más estricto. Hablaré de una cosa que no está escrita en el texto legal pero que surgen del espíritu constitucional. Quiero hablar de los valores que emanan de la Constitución», avanzó el representante del Gobierno central en Balears. Socías no cree que exista «una crisis de valores sino de un tiempo de transformación de los valores». «Son tiempos de individualismo, de adoración del presente, de la competitividad y éxito personal económico. Y me pido si esto basta para crear una sociedad avanzada como la que, estoy seguro, todos queremos», subrayó el delegado del Gobierno.

Durante su intervención, Socías también se refirió a los problemas medioambientales. En concreto, el delegado del Gobierno pidió a la sociedad que «no viva en una sociedad alegre y confiada que da la espalda a los grandes problemas medioambientales, que ella misma ha generado». «En Mallorca lo hemos tocado con las manos. El cambio climático no es una manía de un par de ecologistas. Nuestros expertos hablan de un futuro muy próximo con veranos sofocantes, falta de agua, gran peligro de incendios y mayores necesidades energéticas. En definitiva, un futuro no demasiado confortable», advirtió el delegado del Gobierno en Balears.