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Hace unos meses, la carretera que llega a Na Burguesa por el Coll de sa Creu era un auténtico vertedero lineal a lo largo de sus arcenes y cunetas. La situación llegó a ser realmente bochornosa. El Ejército, en su condición de propietario de buena parte de los terrenos colindantes, y el Ajuntament de Palma acordaron realizar una limpieza a fondo y los resultados fueron muy buenos.

Ahora, pasados unos meses desde esa limpieza, la carretera vuelve a llenarse de residuos y desperdicios. De nada sirve, para algunos usuarios de esa vía, que la basura haya sido retirada. Su impulso es, después de tomar agua, un refresco, un bocadillo o incluso una botella de vino, tirar el envase o el papel al suelo.

Si ya nos parece un ejemplo de incivismo tirar un papel al suelo en la ciudad, hacerlo en un área natural como Na Burguesa parece un acto más grave. Mientras, se sigue esperando alguna figura de protección para la sierra.