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Los miembros de los centros y casas regionales tienen una edad media de 55 años, muchos de sus hijos están integrados en la sociedad balear y prácticamente alejados de la cultura de origen. Estas asociaciones aglutinan apenas un 10% de los residentes de sus comunidades. Esta situación cuestiona su capacidad de supervivencia a medio y largo plazo.

Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado las casas y centros regionales en el primer congreso que han celebrado en Balears y que ha contado con la participación de 24 asociaciones.

Las conclusiones del mismo establecen la falta de reconocimiento de las comunidades de origen, las limitaciones económicas de los centros regionales, la baja dedicación y responsabilidad de sus directivos o la falta de información a sus asociados.

Entre las medidas que proponen se encuentra el desarrollo de ofertas infantiles y juveniles con el objetivo de propiciar el relevo generacional, así como el reconocimiento del papel de promoción turística o, como ellos lo califican, embajada cultural.