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No es demasiado común contemplar cómo la carretera se llena de motos, no para participar en esas animadas vueltas a la Isla que se celebran todos los años, sino en manifestación. Cierto que se trata de una manifestación vistosa y casi espectacular, pero el motivo que ha llevado a estos 700 moteros a la carretera no es divertido ni frívolo: la instalación de guardarraíles «asesinos» en la carretera de Inca. Dicen los expertos que se trata del modelo de guardarraíl más barato en el mercado, pero el material y la forma en que están construídos constituyen una trampa mortal para los conductores, especialmente para los motoristas, que «chocan» con su cuerpo en caso de accidente. Este tipo de «quitamiedos» se convierten, a cierta velocidad, en auténticas cuchillas que sesgan todo lo que encuentran a su paso. De ahí que en varios países europeos ya se hayan prohibido y que en muchos otros y en algunas comunidades autónomas también hayan sido objeto de debate.

Recordemos que Balears goza del clima idóneo para disfrutar de la circulación en moto, siendo las distancias pequeñas y el paisaje, digno de ser contemplado sin cortapisas. Por eso nuestras Islas se han convertido en paraíso de los moteros de toda Europa, de España y, por supuesto, del propio Archipiélago. Es un colectivo importante por su número y por su fragilidad, pues en la carretera son mucho más vulnerables que los conductores de coche. Nuestras Islas están registrando cifras de accidentes de tráfico indeseables y es preciso escuchar la voz de quienes más saben de eso, es decir, de los propios pilotos.

El precio a pagar en estos casos nunca debe ser óbice para contar con infraestructuras cuanto más seguras, mejor.