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Los técnicos que apoyaron la construcción de un nuevo hospital de referencia en los terrenos de Son Espases rechazaron la edificación del centro de referencia en el solar de Son Dureta para evitar molestias a los usuarios. «Es evidente que cualquier reforma de Son Dureta entraña una disminución y reducción de los servicios ofertados mientras duran las obras. Las reducciones en las prestaciones y calidad del servicio que conlleva la ampliación del hospital no sería bien llevada por los usuarios ya que, forzosamente, ha de hacerse por etapas y la duración de las obras se alargarían frente al tiempo necesario para la construcción de una instalación nueva. Además, la capacidad de aceptar nuevas remodelaciones es escasa por su situación y extensión del terreno donde se emplaza», decían los expertos.

Entre los inconveniente que plantearon los técnicos se advirtieron problemas de composición arquitectónica que supondría la reforma del actual Son Dureta frente a la construcción del nuevo hospital en Son Espases. Los expertos subrayaron que en Son Dureta existía un problema añadido por la configuración de las construcciones vecinas del actual hospital. Es decir, la ubicación de urbanizaciones, casas y espacios naturales hubiese complicado la construcción del nuevo Son Dureta. Sin embargo, en los informes que se realizaron antes de optar por Son Espases se asumía una ventaja en caso el solar del actual centro hospitalario. Los técnicos reconocían que la proximidad del solar al casco urbano de Palma era una de las grandes ventajas para optar por esta opción.

El documento al que ha tenido acceso este periódico señala que la construcción del nuevo Son Dureta en el solar de la calle Andrea Doria contemplaría problemas técnicos de ejecución «con una reducción de los niveles de asistencia mientras duran las obras y un gran coste de ejecución». Entre los inconvenientes, el documento resaltaba los problemas de espacio, al no ser factible una posterior ampliación, así como las trabas en la accesibilidad ya que el nuevo hospital debería integrarse en la trama viaria existente. Asimismo, los técnicos valoraron como un obstáculo los problemas de aparcamiento, así como una mayor problemática de tráfico en el tejido circundante «en cuanto a fluidez y ruido, principalmente el emitido por las ambulancias». «Los niveles de calidad esperada por el paciente no se alcanzan o lo hacen a un coste muy alto», advertían los técnicos.