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Tenía que ser un vuelo rutinario de un Boeing 737 de la compañía Lufthansa que despegaba del aeropuerto palmesano de Son Sant Joan con destino a la ciudad alemana de Frankfurt, pero a los pocos minutos un grupo de cuatro terroristas palestinos secuestró el aparato y exigió la liberación de 11 dirigentes del Ejército Rojo Alemán (RAF), más conocido como la banda Baader-Meinhof.

Comenzaba así un periplo de cinco días que acabaría en la capital de Somalia, Mogadiscio, con la liberación de los 85 pasajeros y la tripulación -con excepción del piloto que fue asesinado por los secuestradores-, mientras que todo el comando terrorista fue abatido por la policía alemana, tres murieron y otro fue gravemente herido, en una acción que sorprendió a todo el mundo occidental por su osadía. Antes, el avión, había aterrizado en los aeropuertos de Roma, Larnaka (Chipre), Bahrein (Emiratos Arabes) y Aden (Yemen).

Un reducido grupo de mallorquines viajaba en el avión de Lufthansa -el empresario Gregorio Cañellas y su hija Gabriela; Hans Hasse; los señores Deyá y Albertí; así como una tripulación de la compañía TAE con destino en Palma-, el resto eran ciudadanos alemanes que regresaban a su país -entre ellas unas misses que habían tenido como premio el viaje a Palma- y, por supuesto, los cuatro palestinos que habían preparado el asalto al avión en la capital balear; tal y como demostraron los testimonios gráficos de sus paseos turísticos frente a la Catedral.

Uno de los aspectos más relevantes del secuestro del avión de Lufthansa fue, sin duda, la forma cómo se resolvió. Con el precedente del ataque del ejército israelí en el aeropuerto ugandés de Entebe, para liberar un avión de Air France también secuestrado por palestinos, un grupo de élite de la polícia alemana -30 agentes del GSG9- asaltó el avión en una espectacular operación.

Se da la circunstancia de que como asesor en la mediación participó Wolfgang Salewski, que en la actualidad vive retirado en Mallorca, donde escribe libros sobre su experiencia como psicólogo en situaciones extremas. Salewski ha participado con éxito en 66 secuestros, el único con víctimas mortales fue el de Mogadiscio, donde además de los tres secuestradores muertos, éstos también asesinaron al comandante de la aeronave.

Cinco días después de que el avión despegase de Son Sant Joan, los pasajeros liberados llegaron a su destino.