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Hoy se celebra en todo el mundo la fiesta del cordero, acontecimiento que pone fin a la peregrinación anual a La Meca. Desde España, la embajada de Arabia Saudita ha facilitado 1290 visados para españoles o residentes. De estos 1290 visados, unos 30 correspondían a personas residentes en Balears. En total, cada año unos 8 o 10 musulmanes de las islas viajan en peregrinación a Medina y Meca. Este año son dos los mallorquines que están actualmente en Arabia Saudita. El viaje, uno de los cinco pilares del Islam, cuesta entre 2000 y 3000 euros y está totalmente tutelado por las autoridades saudíes.

Se calcula que unos dos millones de musulmanes acuden cada año a la mayor peregrinación de la tierra. El viaje, que se ha de hacer al menos una vez en la vida si se dispone de medios, pretende reivindicar la unidad entre los hombres y su inevitable sumisión a lo divino. Los musulmanes consideran La Meca el centro del mundo y el inicio de todo.

El mes de peregrinación culminan con “la fiesta del cordero". Se sacrifica en casa un cordero o un cabrito en conmemoración de la demostración de fe realizada por Abraham cuando en el último momento, antes de sacrificar a su hijo por orden de Dios, se le ordenó matar a un cordero.

Rito milenario
En las islas se calcula que se consumirán unos dos mil corderos entre hoy y mañana, siguiendo el milenario rito islámico. Normalmente el padre de familia es el encargado de dar muerte al animal, aunque actualmente, debido a las restricciones sanitarias, lo normal en Baleares es comprar el cordero ya muerto en una carnicería de confianza. En las islas no existe un matadero preparado y autorizado para el sacrificio con el rito musulmán, con un cuchillo muy afilado, rezando, mirando a Meca y dejando desangrar al animal hasta la última gota. La realidad es que serán cientos los sacrificios de corderos que se harán hoy en casas particulares, lejos de los mataderos oficiales. El rito en realidad lo que pretende es sacrificar al animal con el máximo respeto, intentando minimizar su dolor y sufrimiento y dando gracias a Dios por su infinita bondad. Tras el sacrificio, el animal es preparado para la cena, momento en el que toda la familia se reúne ante la mesa. El cordero normalmente dura varios días y se cocina de distintas formas. Se calcula que unos 2000 corderos se consumirán estos días en las islas. Las familias musulmanas, más o menos creyentes, no se pierden esta importante conmemoración. Es el momento de venerar los frutos que Dios entrega al hombre. Es el momento de sentir muy cerca a toda la familia, reconociendo, como reconoció incluso Dios en su momento, la grandeza e inmensidad del amor de un padre por su hijo.

Juan Poyatos