La Plaça de Cort se llenó de gente para tomar las uvas con las campanadas 'd'en Figuera' y celebrar el primer brindis del año. Foto: JAUME MOREY

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Bajo el reloj d'en Figuera cientos de ciudadanos y turistas dieron la bienvenida al nuevo año 2008. Tras las doce campanadas, alrededor de 7.000 personas vibraron en la Plaça de Cort al son de la música mientras se deseaban los mejores deseos para el año recién comenzado. Un estallido de alegría, abrazos y besos se respiró en toda Palma bajo una impresionante lluvia de fuegos artificiales lanzados por particulares. La Plaça de Cort, que celebró la Nochevieja arropada por el sonido de la música de 'Pelillos a la mar', comenzó a coger ambiente una hora antes de las campanadas donde cotillón y uvas eran entregados a quienes compartirían de manera multitudinaria la fiesta de fin de año frente al Ajuntament de Palma.

Grupos de amigos y familias se entregaron completamente a disfrutar esta primera noche del 2008. Las botellas de champán se abrían sin cesar, cánticos, gritos, bailes y máscaras marcaron gran parte de esta fiesta.

«Vengo a Cort desde hace diez años porque lo paso muy bien, me gusta el ambiente que se vive, es algo extraordinario y muy difícil de definir, veo que ahora es una fiesta multicultural, he visto personas de distintas nacionalidades, todos disfrutando por igual», comentaba el palmesano Luis, rodeado de un grupo de amigos.

Los rumanos Alina y David miraban asombrados esta gran celebración. «Es la primera vez que venimos, es algo realmente hermoso, muy alegre donde todos comparten, la alegría se va contagiando a todos los presentes, es algo mágico».