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Maha estudia cuarto de ESO, tiene seis hermanos más que viven en Tindouf y otros cuatro «hermanos» mallorquines en Manacor, donde vive con una familia de acogida desde hace tres años. Habla muy bien el castellano y «en mallorquín con la familia de aquí. Me gustaría estudiar medicina y trabajar aquí, aunque regresaría en verano para ayudar».

Esta joven saharaui fue recibida ayer junto a 34 niños y jóvenes en el Parlament por la vicepresidenta primera Aina Rado y el secretario primero Eduard Riudavets. Además de visitar la institución, aprovecharon la ocasión para desear a todos los baleares un feliz año nuevo.

Todos celebraron la Navidad en Mallorca, algo novedoso para alguno de los niños, que practican la religión musulmana. «Yo intento rezar cada día cinco veces, como dice mi religión. Echo de menos a mi familia saharaui en determinadas fechas, como en la celebración de la fiesta del cordero». Vivo con Carmina, que está soltera y no tiene hijos. Sí he participado en las fiestas navideñas y me han regalado una deportivas, un chándal y dinero. Ahora vendrán los Reyes. No me gustaría regresar con mi familia para trabajar. Quiero trabajar aquí y verlos en verano», añade Daha, de 13 años.

Zeina lleva viviendo menos de un año en Mallorca, aunque ha disfrutado de cuatro veranos en la Isla. Habla mejor el mallorquín que el castellano y tiene claro que regresará a su país para trabajar, aunque no tiene claro qué quiere estudiar más adelante. «Me gustaría cantar mucho. Lo que más me ha gustado de la Navidad ha sido el árbol navideño. He pedido a los Reyes una camiseta y una gorra de Haikel Musical y un DVD de Hanna Muntana», afirma.

Mercedes Azagra